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La mano de Buda es un ingrediente exótico que ha ganado popularidad en la cocina de vanguardia, utilizado por chefs reconocidos para dar un toque exclusivo y aromático a sus platos.
Este fruto proviene de un árbol cítrico originario del sudeste asiático que puede alcanzar entre 3 y 4 metros de altura. La mano de Buda se caracteriza por su forma única con múltiples “dedos” y por su aroma intenso y floral, muy apreciada en la gastronomía y la perfumería.
Su recolección en España se realiza principalmente entre octubre y febrero, dependiendo de las condiciones climáticas y la variedad cultivada, garantizando así la máxima calidad y frescura.
La mano de Buda es mucho más que un cítrico exótico. Es una joya natural que combina belleza, versatilidad y simbolismo cultural. Tanto si la usas en la cocina como en tu hogar, este fruto es una opción perfecta para quienes buscan un producto único con un toque de lujo y tradición.
La mano de Buda es un fruto cítrico originario del sudeste asiático, conocido por su peculiar forma alargada que recuerda a una mano con dedos extendidos. Su nombre científico es Citrus medica var. sarcodactylis. Este fruto no tiene pulpa ni jugo como otros cítricos, pero destaca por su intensa fragancia y su corteza aromática, que lo convierte en un ingrediente único y valioso tanto en la cocina como en la decoración.
La mano de Buda es apreciada por chefs, mixólogos y expertos en perfumería. En la gastronomía, se utiliza principalmente para aportar aroma y sabor en recetas exclusivas. También es valorada por quienes practican tradiciones asiáticas, ya que simboliza prosperidad y buena suerte, siendo utilizada como ofrenda en ceremonias religiosas y decoraciones para el hogar.
Este cítrico crece en climas cálidos y subtropicales. Sus principales regiones de cultivo son países como China, India, Japón y algunas zonas del Mediterráneo, donde se han adaptado sus condiciones climáticas. Prefiere suelos bien drenados y abundante sol, características que lo convierten en un cultivo especial para huertos pequeños y jardines decorativos.
La temporada de recolección de la mano de Buda suele ser durante el otoño e invierno, dependiendo del clima de la región donde se cultive. Su frescura es mayor cuando se recoge en su punto álgido de maduración, que es cuando alcanza su tonalidad amarilla brillante y desprende su característico aroma cítrico.
Este fruto es especial no solo por su exótica apariencia, sino también por sus usos multifacéticos. Se puede rallar para dar sabor a alimentos y bebidas, o utilizar como aromatizante natural en infusiones, velas y aceites esenciales. Además, en la cultura asiática, su forma simboliza bendiciones y protección, lo que lo hace altamente valorado en ceremonias y decoraciones tradicionales.
En la cocina, la corteza de la mano de Buda se emplea para dar un toque cítrico y fragante a platos dulces y salados, como tartas, marinados, y cócteles. También se utiliza para preparar licores como el limoncello o para infusionar aceites. Además, sus propiedades aromáticas lo convierten en un elemento clave para perfumar espacios y armarios de forma natural.
El precio de la mano de Buda puede variar dependiendo de su origen, calidad y disponibilidad. Debido a que no es un cítrico de producción masiva, suele ser más costoso que otros frutos comunes. Sin embargo, su exclusividad y versatilidad justifican su precio en mercados especializados o tiendas gourmet.